Escuchaste hoy al bienaventurado Pablo... que, escribiendo, decía: De
modo que si alguno está en Cristo, nueva creación es (2Co
5,17)... Porque, dime, ¿qué provecho puede haber en ver un cielo nuevo y
nuevas las demás partes de la creación? ¿Tanto como ganancia en ver a
un hombre pasar del vicio a la virtud y del error a la verdad? Pues a
esto, efectivamente, llamaba nueva creación aquel bienaventurado, y por
eso añadió en seguida: Las cosas viejas pasaron; mira, ¡todas las cosas
son hechas nuevas!; con ello nos daba a entender más o menos que,
después de despojarse como de un vestido viejo de la carga de los
pecados por medio de la fe en Cristo, los recién liberados del error e
iluminados por el sol de justicia se ponían este nuevo y resplandeciente
vestido y túnica de reyes. Por esto decía: Si alguno está en Cristo
nueva creación es; las cosas viejas pasaron; mira, ¡todas las cosas son
hechas nuevas!
¿Ves cómo el Señor cada día obra una nueva
creación? Porque, dime, ¿qué otro hubiera persuadido a un hombre que con
frecuencia consumía toda su vida en los placeres de la vida y que
adoraba a las piedras y a la madera por creerlas dioses, a que de
repente se lanzase a tal altura de virtud que pudiera, de una parte,
despreciar y mofarse de todo aquello y ver piedras en las piedras lo
mismo que madera en la madera, y de otra, adorar al creador de todas las
cosas y preferir la fe en él a todos los bienes
de la vida presente?
¿Ves
cómo se llama nueva creación a la fe en Cristo y al regreso a la
virtud? Por tanto escuchemos todos, os lo suplico, los que fuimos
iniciados antes y los que acaban de gustar la generosidad del Señor, la
exhortación del Apóstol, que dice: Las cosas viejas pasaron; mira,
¡todas las cosas son hechas nuevas!, y olvidados de todo lo anterior,
transformemos nuestra propia vida, como ciudadanos de un nuevo régimen
de vida, y con el pensamiento clavado en la dignidad del que mora en
nosotros, hablemos y obremos consecuentemente en todo.
in evangelhoquotidiano.org