De Benedicto XVI, papa
En la Vigilia Pascual, la
Iglesia comienza escuchando ante todo la primera frase de la historia de
la creación: “Dijo Dios: 'Que exista la luz” (Gn 1,3). Como una señal,
el relato de la creación inicia con la creación de la luz... El que
Dios haya creado la luz significa que Dios creó el mundo como un espacio
de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad,
espacio del bien y del amor. La materia prima del mundo es buena, el ser
es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser, que es creado por
Dios, sino que existe sólo en virtud de la negación. Es el “no”.
En
Pascua, en la mañana del primer día de la semana, Dios vuelve a decir:
“Que exista la luz”. Antes había venido la noche del Monte de los
Olivos, el eclipse solar de la pasión y muerte de Jesús (Mt 27,45), la
noche del sepulcro. Pero ahora vuelve a ser el primer día, comienza la
creación totalmente nueva. “Que exista la luz”, dice Dios, “y existió la
luz”. Jesús resucita del sepulcro. La vida es más fuerte que la muerte.
El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La
verdad es más fuerte que la mentira. La oscuridad de los días pasados
se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura
de Dios.
Pero esto no se refiere solamente a Él, ni se
refiere únicamente a la oscuridad de aquellos días. Con la resurrección
de Jesús, la luz misma vuelve a ser creada. Él nos lleva a todos tras él
a la vida nueva de la resurrección, y vence toda forma de oscuridad. Él
es el nuevo día de Dios, que vale para todos nosotros. Pero, ¿cómo
puede suceder esto? ¿Cómo puede llegar todo esto a nosotros sin que se
quede sólo en palabras sino que sea una realidad en la que estamos
inmersos? Por el sacramento del bautismo y la profesión de la fe, el
Señor ha construido un puente para nosotros, a través del cual el nuevo
día viene a nosotros.
En el bautismo, el Señor dice a aquel
que lo recibe: ... “que exista la luz”. El nuevo día, el día de la vida
indestructible llega también para nosotros. Cristo nos toma de la mano. A
partir de ahora él te apoyará y así entrarás en la luz, en la vida
verdadera.
in evangelhoquotidiano.org