domingo, 31 de março de 2013
Pascua/Easter 2013
Cristo é vida...
Cristo é esperança...
Que Ele Ressuscite no coração de cada Homem e Mulher de Boa Vontade...
Cristo è la vita ...
Cristo è la speranza ...
Egli resuscitare il cuore di ogni uomo e donna di buona volontà...
Cristo es la vida ...
Cristo es la esperanza ...
Él resucita el corazón de cada hombre y mujer de buena voluntad...
Christ is life ...
Christ is hope ...
He Resurrect the heart of every man and woman of good will...
sábado, 30 de março de 2013
En Sábado Santo
De Benedicto XVI, papa
En la Vigilia Pascual, la Iglesia comienza escuchando ante todo la primera frase de la historia de la creación: “Dijo Dios: 'Que exista la luz” (Gn 1,3). Como una señal, el relato de la creación inicia con la creación de la luz... El que Dios haya creado la luz significa que Dios creó el mundo como un espacio de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad, espacio del bien y del amor. La materia prima del mundo es buena, el ser es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser, que es creado por Dios, sino que existe sólo en virtud de la negación. Es el “no”.
En Pascua, en la mañana del primer día de la semana, Dios vuelve a decir: “Que exista la luz”. Antes había venido la noche del Monte de los Olivos, el eclipse solar de la pasión y muerte de Jesús (Mt 27,45), la noche del sepulcro. Pero ahora vuelve a ser el primer día, comienza la creación totalmente nueva. “Que exista la luz”, dice Dios, “y existió la luz”. Jesús resucita del sepulcro. La vida es más fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira. La oscuridad de los días pasados se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura de Dios.
Pero esto no se refiere solamente a Él, ni se refiere únicamente a la oscuridad de aquellos días. Con la resurrección de Jesús, la luz misma vuelve a ser creada. Él nos lleva a todos tras él a la vida nueva de la resurrección, y vence toda forma de oscuridad. Él es el nuevo día de Dios, que vale para todos nosotros. Pero, ¿cómo puede suceder esto? ¿Cómo puede llegar todo esto a nosotros sin que se quede sólo en palabras sino que sea una realidad en la que estamos inmersos? Por el sacramento del bautismo y la profesión de la fe, el Señor ha construido un puente para nosotros, a través del cual el nuevo día viene a nosotros.
En el bautismo, el Señor dice a aquel que lo recibe: ... “que exista la luz”. El nuevo día, el día de la vida indestructible llega también para nosotros. Cristo nos toma de la mano. A partir de ahora él te apoyará y así entrarás en la luz, en la vida verdadera.
in evangelhoquotidiano.org
En la Vigilia Pascual, la Iglesia comienza escuchando ante todo la primera frase de la historia de la creación: “Dijo Dios: 'Que exista la luz” (Gn 1,3). Como una señal, el relato de la creación inicia con la creación de la luz... El que Dios haya creado la luz significa que Dios creó el mundo como un espacio de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad, espacio del bien y del amor. La materia prima del mundo es buena, el ser es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser, que es creado por Dios, sino que existe sólo en virtud de la negación. Es el “no”.
En Pascua, en la mañana del primer día de la semana, Dios vuelve a decir: “Que exista la luz”. Antes había venido la noche del Monte de los Olivos, el eclipse solar de la pasión y muerte de Jesús (Mt 27,45), la noche del sepulcro. Pero ahora vuelve a ser el primer día, comienza la creación totalmente nueva. “Que exista la luz”, dice Dios, “y existió la luz”. Jesús resucita del sepulcro. La vida es más fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira. La oscuridad de los días pasados se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura de Dios.
Pero esto no se refiere solamente a Él, ni se refiere únicamente a la oscuridad de aquellos días. Con la resurrección de Jesús, la luz misma vuelve a ser creada. Él nos lleva a todos tras él a la vida nueva de la resurrección, y vence toda forma de oscuridad. Él es el nuevo día de Dios, que vale para todos nosotros. Pero, ¿cómo puede suceder esto? ¿Cómo puede llegar todo esto a nosotros sin que se quede sólo en palabras sino que sea una realidad en la que estamos inmersos? Por el sacramento del bautismo y la profesión de la fe, el Señor ha construido un puente para nosotros, a través del cual el nuevo día viene a nosotros.
En el bautismo, el Señor dice a aquel que lo recibe: ... “que exista la luz”. El nuevo día, el día de la vida indestructible llega también para nosotros. Cristo nos toma de la mano. A partir de ahora él te apoyará y así entrarás en la luz, en la vida verdadera.
in evangelhoquotidiano.org
sexta-feira, 29 de março de 2013
In Venerdì Santo
Di San Germano di Costantinopoli, vescovo
« Il popolo che camminava nelle tenebre vide una grande luce ; su coloro che abitavano in terra tenebrosa, una luce rifulse » (Is 9, 1), la luce della redenzione. Visto il Tiranno ferito a morte, questo popolo torna dalle tenebre alla luce ; passa dalla morte alla vita.
Il legno della croce porta colui che ha fatto l'universo. Subendo la morte per la mia vita, colui che porta l'universo è appeso al legno come un morto ; colui che dona la vita ai morti rende l'ultimo respiro sul legno. Non si vergogna della croce, che, come un trofeo, attesta la sua vittoria totale. Siede da giusto giudice sul trono della croce. La corona di spine che porta sulla fronte conferma la sua vittoria. « Abbiate fiducia ; io, portando il peccato del mondo, ho vinto il mondo e il principe di questo mondo. » (Gv 16, 33 ; 1, 29).
Che la tua croce sia un trionfo, le pietre stesse lo gridano, queste pietre del calvario dove, secondo un'antica tradizione dei padri, fu sepolto Adamo, nostro primo padre. « Adamo, dove sei ? » (Gen 3, 9) grida di nuovo Cristo sulla croce. « Sono venuto a cercarti e, per poterti trovare, ho steso le mani sulla croce. Con le mani aperte, mi rivolgo al Padre per rendere grazie per averti trovato, poi rivolgo le mani anche verso di te per abbracciarti. Non sono venuto per giudicare il tuo peccato, bensì per salvarti per il mio amore per gli uomini (Gv 3, 17) ; non sono venuto per maledirti per la tua disubbidienza, bensì per benedirti con la mia ubbidienza. Ti coprirò con le mie penne, sotto le mie ali troverai rifugio, la mia fedeltà ti coprirà dello scudo della croce e non temerai i terrori della notte (Sal 91, 1-5) perché conoscerai il giorno che non tramonta (Sap 7, 10). Cercherò la tua vita nascosta nelle tenebre e nell'ombra della morte (Lc 1, 79). Non mi darò riposo finché, umiliato e sceso fino agli inferi per cercarti, non ti abbia ricondotto in cielo.
in evangelhoquotidiano.org
« Il popolo che camminava nelle tenebre vide una grande luce ; su coloro che abitavano in terra tenebrosa, una luce rifulse » (Is 9, 1), la luce della redenzione. Visto il Tiranno ferito a morte, questo popolo torna dalle tenebre alla luce ; passa dalla morte alla vita.
Il legno della croce porta colui che ha fatto l'universo. Subendo la morte per la mia vita, colui che porta l'universo è appeso al legno come un morto ; colui che dona la vita ai morti rende l'ultimo respiro sul legno. Non si vergogna della croce, che, come un trofeo, attesta la sua vittoria totale. Siede da giusto giudice sul trono della croce. La corona di spine che porta sulla fronte conferma la sua vittoria. « Abbiate fiducia ; io, portando il peccato del mondo, ho vinto il mondo e il principe di questo mondo. » (Gv 16, 33 ; 1, 29).
Che la tua croce sia un trionfo, le pietre stesse lo gridano, queste pietre del calvario dove, secondo un'antica tradizione dei padri, fu sepolto Adamo, nostro primo padre. « Adamo, dove sei ? » (Gen 3, 9) grida di nuovo Cristo sulla croce. « Sono venuto a cercarti e, per poterti trovare, ho steso le mani sulla croce. Con le mani aperte, mi rivolgo al Padre per rendere grazie per averti trovato, poi rivolgo le mani anche verso di te per abbracciarti. Non sono venuto per giudicare il tuo peccato, bensì per salvarti per il mio amore per gli uomini (Gv 3, 17) ; non sono venuto per maledirti per la tua disubbidienza, bensì per benedirti con la mia ubbidienza. Ti coprirò con le mie penne, sotto le mie ali troverai rifugio, la mia fedeltà ti coprirà dello scudo della croce e non temerai i terrori della notte (Sal 91, 1-5) perché conoscerai il giorno che non tramonta (Sap 7, 10). Cercherò la tua vita nascosta nelle tenebre e nell'ombra della morte (Lc 1, 79). Non mi darò riposo finché, umiliato e sceso fino agli inferi per cercarti, non ti abbia ricondotto in cielo.
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quinta-feira, 28 de março de 2013
Em Quinta-feira Santa
De Santa Teresa do Menino Jesus, carmelita
Ó Jesus, quando ereis peregrino nesta terra (Heb 11,13) dissestes: «Aprendei de Mim, porque sou manso e humilde de coração e encontrareis descanso para o vosso espírito» (Mt 11,29). Oh poderoso monarca dos céus, sim, a minha alma encontra repouso ao ver-Vos revestido da forma e da natureza de um escravo (Fl 2,7), baixar-Vos ao ponto de lavardes os pés aos apóstolos. Lembro-me então das palavras que haveis pronunciado para me ensinar a praticar a humildade: «Dei-vos o exemplo para que, assim como Eu fiz, vós façais também. [...] Não é o servo mais do que o seu Senhor, nem o enviado mais do que aquele que o envia. Uma vez que sabeis isto, sereis felizes se o puserdes em prática». Senhor, eu entendo essas palavras saídas do Vosso coração manso e humilde; quero praticá-las, com a ajuda da Vossa graça. [...]
Ninguém, oh meu bem-amado, tinha direitos sobre Vós e, no entanto, haveis obedecido, não somente à Virgem Santa e a São José, mas também aos Vossos algozes. Agora é na hóstia que Vos vejo, cúmulo da Vossa aniquilação. Que grande humildade, oh divino Rei da Glória, submeter-Vos a todos os Vossos sacerdotes sem fazer distinção entre os que Vos amam e os que são, infelizmente, tíbios ou frios no Vosso serviço. Ao seu chamamento, Vós desceis do céu. [...] Oh, meu Bem-Amado, que manso e humilde de coração me pareceis sob o véu da branca hóstia! Para me ensinar a humildade não poderíeis baixar-Vos mais. [...]
Mas, Senhor, a minha fraqueza é por Vós conhecida; todas as manhãs tomo a resolução de praticar a humildade e à noite reconheço que ainda cometi muitas faltas por orgulho. Tendo isto em vista, sou tentada a desanimar; mas, sei-o bem, o desânimo também é orgulho. Assim sendo, quero, ó meu Deus, fundamentar apenas em Vós a minha esperança; uma vez que tudo podeis, dignai-Vos fazer nascer na minha alma a virtude que desejo. Para obter essa graça da Vossa infinita misericórdia vou repetir-Vos muitas vezes: «Ó Jesus, manso e humilde de coração, tornai o meu coração semelhante ao Vosso!»
in evangelhoquotidiano.org
Ó Jesus, quando ereis peregrino nesta terra (Heb 11,13) dissestes: «Aprendei de Mim, porque sou manso e humilde de coração e encontrareis descanso para o vosso espírito» (Mt 11,29). Oh poderoso monarca dos céus, sim, a minha alma encontra repouso ao ver-Vos revestido da forma e da natureza de um escravo (Fl 2,7), baixar-Vos ao ponto de lavardes os pés aos apóstolos. Lembro-me então das palavras que haveis pronunciado para me ensinar a praticar a humildade: «Dei-vos o exemplo para que, assim como Eu fiz, vós façais também. [...] Não é o servo mais do que o seu Senhor, nem o enviado mais do que aquele que o envia. Uma vez que sabeis isto, sereis felizes se o puserdes em prática». Senhor, eu entendo essas palavras saídas do Vosso coração manso e humilde; quero praticá-las, com a ajuda da Vossa graça. [...]
Ninguém, oh meu bem-amado, tinha direitos sobre Vós e, no entanto, haveis obedecido, não somente à Virgem Santa e a São José, mas também aos Vossos algozes. Agora é na hóstia que Vos vejo, cúmulo da Vossa aniquilação. Que grande humildade, oh divino Rei da Glória, submeter-Vos a todos os Vossos sacerdotes sem fazer distinção entre os que Vos amam e os que são, infelizmente, tíbios ou frios no Vosso serviço. Ao seu chamamento, Vós desceis do céu. [...] Oh, meu Bem-Amado, que manso e humilde de coração me pareceis sob o véu da branca hóstia! Para me ensinar a humildade não poderíeis baixar-Vos mais. [...]
Mas, Senhor, a minha fraqueza é por Vós conhecida; todas as manhãs tomo a resolução de praticar a humildade e à noite reconheço que ainda cometi muitas faltas por orgulho. Tendo isto em vista, sou tentada a desanimar; mas, sei-o bem, o desânimo também é orgulho. Assim sendo, quero, ó meu Deus, fundamentar apenas em Vós a minha esperança; uma vez que tudo podeis, dignai-Vos fazer nascer na minha alma a virtude que desejo. Para obter essa graça da Vossa infinita misericórdia vou repetir-Vos muitas vezes: «Ó Jesus, manso e humilde de coração, tornai o meu coração semelhante ao Vosso!»
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quarta-feira, 27 de março de 2013
On Holy Wednesday
Dialogues of St. Catherine of Siena
[« Judas deeply regretted what he had done. He returned the thirty pieces of silver to the chief priests and elders, saying : ' I have sinned in betraying innocent blood.' They said: 'What is that to us? Look to it yourself.' Flinging the money into the temple, he departed and went off and hanged himself » (Mt 27,3-5). ]
Saint Catherine heard God say to her: This is the sin that is never forgiven, now or ever: the refusal, the scorning of my mercy. For this offends me more than all the other sins they have committed. So the despair of Judas displeased me more and was a greater insult to my Son than his betrayal had been. Therefore, such as these are reproved for this false judgment of considering their sin to be greater than my mercy... They are reproved also for their injustice in grieving more for their own plight than for having offended me.
They are being unjust in this because they are not giving me what is mine, nor taking for themselves what belongs to them. It is their duty to offer love and bitter heartfelt contrition in my presence for the sins they have committed against me. But they have done the opposite. They have lavished such tender love on themselves and felt so sorry about the punishment they expect for their sins! So you see how unjust they are. They will be punished, therefore, on both accounts. They have scorned my mercy, so I turn them over to my justice.
in evangelhoquotidiano.org
[« Judas deeply regretted what he had done. He returned the thirty pieces of silver to the chief priests and elders, saying : ' I have sinned in betraying innocent blood.' They said: 'What is that to us? Look to it yourself.' Flinging the money into the temple, he departed and went off and hanged himself » (Mt 27,3-5). ]
Saint Catherine heard God say to her: This is the sin that is never forgiven, now or ever: the refusal, the scorning of my mercy. For this offends me more than all the other sins they have committed. So the despair of Judas displeased me more and was a greater insult to my Son than his betrayal had been. Therefore, such as these are reproved for this false judgment of considering their sin to be greater than my mercy... They are reproved also for their injustice in grieving more for their own plight than for having offended me.
They are being unjust in this because they are not giving me what is mine, nor taking for themselves what belongs to them. It is their duty to offer love and bitter heartfelt contrition in my presence for the sins they have committed against me. But they have done the opposite. They have lavished such tender love on themselves and felt so sorry about the punishment they expect for their sins! So you see how unjust they are. They will be punished, therefore, on both accounts. They have scorned my mercy, so I turn them over to my justice.
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terça-feira, 26 de março de 2013
En Martes Santo
De San Francisco de Sales, obispo de Ginebra
San Pedro, uno de los apóstoles, se hizo culpable ante el Señor porque negaba conocerle, y no sólo esto, lo maldecía, blasfemaba, asegurando que no sabía de quien le hablaban. (Mt 26,69) ¡Qué golpe para el corazón de Nuestro Señor! ¡Ah, pobre Pedro, qué dices y qué haces! ¡No sabes quién es, aquel que te llamó en persona para que fueras su apóstol, tú que habías confesado que Él era el Hijo de Dios vivo. (Mt 16,18) ¡Ah, miserable hombre, cómo te atreves a decir que no sabes quién es! ¿No es aquel que hace poco estaba delante de ti para lavarte los pies, que te alimentó con su cuerpo y su sangre?
¡Que nadie presuma de sus buenas obras, ni piense que no tiene nada que temer, ya que San Pedro que había recibido tantas gracias y había prometido acompañar al Señor a la prisión y a la muerte, lo negó ante la simple insinuación de una sirvienta!
San Pedro, oyendo cantar el gallo, se acordó de lo que había hecho y lo que le había dicho su buen Maestro. Y reconociendo su falta, salió y lloró amargamente y recibió el perdón de todos sus pecados. ¡Oh, bienaventurado Pedro, por esta contrición, recibiste el perdón general de tu gran deslealtad al Señor!...Sé que fueron las miradas sagradas de Nuestro Señor que penetraron tu corazón y te abrieron los ojos para reconocer tu pecado... Desde entonces, no dejó de llorar, principalmente cuando oía cantar al gallo por la noche y en la madrugada... De esta manera, Pedro se convirtió de gran pecador, en un gran santo.
in evangelhoquotidiano.org
San Pedro, uno de los apóstoles, se hizo culpable ante el Señor porque negaba conocerle, y no sólo esto, lo maldecía, blasfemaba, asegurando que no sabía de quien le hablaban. (Mt 26,69) ¡Qué golpe para el corazón de Nuestro Señor! ¡Ah, pobre Pedro, qué dices y qué haces! ¡No sabes quién es, aquel que te llamó en persona para que fueras su apóstol, tú que habías confesado que Él era el Hijo de Dios vivo. (Mt 16,18) ¡Ah, miserable hombre, cómo te atreves a decir que no sabes quién es! ¿No es aquel que hace poco estaba delante de ti para lavarte los pies, que te alimentó con su cuerpo y su sangre?
¡Que nadie presuma de sus buenas obras, ni piense que no tiene nada que temer, ya que San Pedro que había recibido tantas gracias y había prometido acompañar al Señor a la prisión y a la muerte, lo negó ante la simple insinuación de una sirvienta!
San Pedro, oyendo cantar el gallo, se acordó de lo que había hecho y lo que le había dicho su buen Maestro. Y reconociendo su falta, salió y lloró amargamente y recibió el perdón de todos sus pecados. ¡Oh, bienaventurado Pedro, por esta contrición, recibiste el perdón general de tu gran deslealtad al Señor!...Sé que fueron las miradas sagradas de Nuestro Señor que penetraron tu corazón y te abrieron los ojos para reconocer tu pecado... Desde entonces, no dejó de llorar, principalmente cuando oía cantar al gallo por la noche y en la madrugada... De esta manera, Pedro se convirtió de gran pecador, en un gran santo.
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segunda-feira, 25 de março de 2013
In Lunedì Santa
Del beato Giovanni Paolo II, papa
Non sono pochi coloro che oggi si interrogano perplessi: Perché la vita consacrata? Perché abbracciare questo genere di vita, dal momento che vi sono tante urgenze...a cui si può rispondere anche senza assumersi gli impegni peculiari della vita consacrata? Non è forse, la vita consacrata, una sorta di «spreco» di energie umane utilizzabili secondo un criterio di efficienza per un bene più grande a vantaggio dell'umanità e della Chiesa? ... Interrogativi simili sono esistiti sempre, come dimostra eloquentemente l'episodio evangelico dell'unzione di Betania: «Maria, presa una libbra di olio profumato di vero nardo, assai prezioso, cosparse i piedi di Gesù e li asciugò con i suoi capelli, e tutta la casa si riempì del profumo dell'unguento» ( Gv 12, 3). A Giuda che, prendendo a pretesto il bisogno dei poveri, si lamentava per tanto spreco, Gesù rispose: «Lasciala fare!»
E' questa la risposta sempre valida alla domanda che tanti, anche in buona fede, si pongono circa l'attualità della vita consacrata...: «Lasciala fare!». A chi è concesso il dono inestimabile di seguire più da vicino il Signore Gesù appare ovvio che Egli possa e debba essere amato con cuore indiviso, che a Lui si possa dedicare tutta la vita e non solo alcuni gesti o alcuni momenti o alcune attività. L'unguento prezioso versato come puro atto di amore, e perciò al di là di ogni considerazione «utilitaristica», è segno di una sovrabbondanza di gratuità, quale si esprime in una vita spesa per amare e per servire il Signore, per dedicarsi alla sua persona e al suo Corpo mistico. Ma è da questa vita «versata» senza risparmio che si diffonde un profumo che riempie tutta la casa. La casa di Dio, la Chiesa, è, oggi non meno di ieri, adornata e impreziosita dalla presenza della vita consacrata. ... La vita consacrata è importante proprio nel suo essere sovrabbondanza di gratuità e d'amore, e ciò tanto più in un mondo che rischia di essere soffocato nel vortice dell'effimero.
in evangelhoquotidiano.org
Non sono pochi coloro che oggi si interrogano perplessi: Perché la vita consacrata? Perché abbracciare questo genere di vita, dal momento che vi sono tante urgenze...a cui si può rispondere anche senza assumersi gli impegni peculiari della vita consacrata? Non è forse, la vita consacrata, una sorta di «spreco» di energie umane utilizzabili secondo un criterio di efficienza per un bene più grande a vantaggio dell'umanità e della Chiesa? ... Interrogativi simili sono esistiti sempre, come dimostra eloquentemente l'episodio evangelico dell'unzione di Betania: «Maria, presa una libbra di olio profumato di vero nardo, assai prezioso, cosparse i piedi di Gesù e li asciugò con i suoi capelli, e tutta la casa si riempì del profumo dell'unguento» ( Gv 12, 3). A Giuda che, prendendo a pretesto il bisogno dei poveri, si lamentava per tanto spreco, Gesù rispose: «Lasciala fare!»
E' questa la risposta sempre valida alla domanda che tanti, anche in buona fede, si pongono circa l'attualità della vita consacrata...: «Lasciala fare!». A chi è concesso il dono inestimabile di seguire più da vicino il Signore Gesù appare ovvio che Egli possa e debba essere amato con cuore indiviso, che a Lui si possa dedicare tutta la vita e non solo alcuni gesti o alcuni momenti o alcune attività. L'unguento prezioso versato come puro atto di amore, e perciò al di là di ogni considerazione «utilitaristica», è segno di una sovrabbondanza di gratuità, quale si esprime in una vita spesa per amare e per servire il Signore, per dedicarsi alla sua persona e al suo Corpo mistico. Ma è da questa vita «versata» senza risparmio che si diffonde un profumo che riempie tutta la casa. La casa di Dio, la Chiesa, è, oggi non meno di ieri, adornata e impreziosita dalla presenza della vita consacrata. ... La vita consacrata è importante proprio nel suo essere sovrabbondanza di gratuità e d'amore, e ciò tanto più in un mondo che rischia di essere soffocato nel vortice dell'effimero.
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domingo, 24 de março de 2013
Na Solenidade de Domingo de Ramos
A Ceia, a última Ceia de Jesus, é a prefiguração de sua entrega a Deus
por nós e a conclusão de sua missão. Nela ele promete a restauração da
humanidade e nos associa ao seu destino. “Fazei isto em memória de mim” é
um mandamento convite para nos identificarmos com ele, para repartirmos
nossa vida com os outros. Quando celebramos a Eucaristia, o “partir o
pão eucarístico” é porque já o fizemos com nosso pão diário e com toda a
nossa vida e pretendemos continuar nesse partilhar nossa vida.
Também dentro do contexto eucarístico Lucas nos coloca a atitude cristã do serviço, do ser o último. Jesus diz: “Entre vós o maior seja como o mais novo, e o que manda, como quem está servindo”. “…estou no meio de vós como aquele que serve.” Servir, dentro da visão cristã, significa ocupar mesmo o último lugar, ser autoridade significa servir!
São Lucas, no relato da Paixão, destaca a bondade e a misericórdia do senhor.
Já no horto Jesus impede que Pedro pague mal com mal, e lhe diz para “guardar sua espada dentro da bainha”. A atitude dos cristãos para com seus adversários deverá ser a do perdão. Para Jesus, o seu discípulo não tem inimigo, aliás, o inimigo, aquele que deverá ser destruído, esmagado é o demônio. Os demais, os que fazem mal são vistos como adversários que deverão ser trabalhados para que se libertem do mal e se salvem.
Mais adiante, dentro do relato da paixão, ao ser negado por aquele a quem confiaria as suas ovelhas – Pedro -, olha-o com carinho e compreensão por sua fraqueza e a reação de Pedro foram as lágrimas de profundo arrependimento. Por isso, por essa experiência e por outras, Pedro escreveu em sua primeira: “ultrajado, não retribuía com idêntico ultraje; ele, maltratado não proferia ameaças” (1Pd2, 23).
Antes de dar o último suspiro Jesus disse: “Pai, perdoa-lhes este pecado, porque não sabem o que fazem!” (Lc 23,34)Em seu relato São Lucas comenta a atitude de pessoas como Herodes e as mulheres que estavam pelo caminho do calvário. Herodes vê Jesus como um proporcionador de benefícios. Mas Jesus não é um mercador, mas sim alguém que age em nome do Pai. Diante das mulheres que choram pelo caminho ao ver suas dores, Jesus reconhece nelas e em seus filhos os frágeis que penam por causa do interesse dos poderosos.
Finalmente Lucas apresenta Jesus morrendo entre dois bandidos. Ele nasceu entre animais, em uma estrebaria e suas primeiras visitas foram os pastores, gente impura para os judeus. Mais tarde chegam os magos, pagãos! Também ao longo de sua vida Jesus se relaciona continuamente com os desprezados da sociedade de seu tempo, os considerados impuros, como os publicanos, as meretrizes, os pecadores. Agora, na hora da morte, seus companheiros são bandidos! Seus discípulos se mantêm à distância, mas ao lado estão os dois ladrões. Mas longe de ser demérito, isto é legitimação da vida do Redentor. Ele não veio para salvar os pecadores? Pois é! Ele volta para o pai com as mãos cheias! Leva consigo Dimas, o bandido que foi recuperado na última hora e que ele mesmo, Jesus, garantiu que estaria com ele no céu, “ainda hoje”. Leva também, só que mais tarde, o oficial romano que declaro; “De fato! Este homem era justo!” Leva tantos pecadores convertidos pelos seus gestos de acolhida, de perdão, de vida!
Fazei isto em minha memória, tomai e comei, partilhar a vida! Celebremos a Paixão de Jesus, sua Páscoa, acolhendo o pecador, partilhando nossa fé na vitória da Vida, na certeza da vitória do perdão! O que recebemos de graça, de graça devemos dar. Recebemos o perdão de Deus mediante a redenção de Jesus Cristo!
in news.va
Também dentro do contexto eucarístico Lucas nos coloca a atitude cristã do serviço, do ser o último. Jesus diz: “Entre vós o maior seja como o mais novo, e o que manda, como quem está servindo”. “…estou no meio de vós como aquele que serve.” Servir, dentro da visão cristã, significa ocupar mesmo o último lugar, ser autoridade significa servir!
São Lucas, no relato da Paixão, destaca a bondade e a misericórdia do senhor.
Já no horto Jesus impede que Pedro pague mal com mal, e lhe diz para “guardar sua espada dentro da bainha”. A atitude dos cristãos para com seus adversários deverá ser a do perdão. Para Jesus, o seu discípulo não tem inimigo, aliás, o inimigo, aquele que deverá ser destruído, esmagado é o demônio. Os demais, os que fazem mal são vistos como adversários que deverão ser trabalhados para que se libertem do mal e se salvem.
Mais adiante, dentro do relato da paixão, ao ser negado por aquele a quem confiaria as suas ovelhas – Pedro -, olha-o com carinho e compreensão por sua fraqueza e a reação de Pedro foram as lágrimas de profundo arrependimento. Por isso, por essa experiência e por outras, Pedro escreveu em sua primeira: “ultrajado, não retribuía com idêntico ultraje; ele, maltratado não proferia ameaças” (1Pd2, 23).
Antes de dar o último suspiro Jesus disse: “Pai, perdoa-lhes este pecado, porque não sabem o que fazem!” (Lc 23,34)Em seu relato São Lucas comenta a atitude de pessoas como Herodes e as mulheres que estavam pelo caminho do calvário. Herodes vê Jesus como um proporcionador de benefícios. Mas Jesus não é um mercador, mas sim alguém que age em nome do Pai. Diante das mulheres que choram pelo caminho ao ver suas dores, Jesus reconhece nelas e em seus filhos os frágeis que penam por causa do interesse dos poderosos.
Finalmente Lucas apresenta Jesus morrendo entre dois bandidos. Ele nasceu entre animais, em uma estrebaria e suas primeiras visitas foram os pastores, gente impura para os judeus. Mais tarde chegam os magos, pagãos! Também ao longo de sua vida Jesus se relaciona continuamente com os desprezados da sociedade de seu tempo, os considerados impuros, como os publicanos, as meretrizes, os pecadores. Agora, na hora da morte, seus companheiros são bandidos! Seus discípulos se mantêm à distância, mas ao lado estão os dois ladrões. Mas longe de ser demérito, isto é legitimação da vida do Redentor. Ele não veio para salvar os pecadores? Pois é! Ele volta para o pai com as mãos cheias! Leva consigo Dimas, o bandido que foi recuperado na última hora e que ele mesmo, Jesus, garantiu que estaria com ele no céu, “ainda hoje”. Leva também, só que mais tarde, o oficial romano que declaro; “De fato! Este homem era justo!” Leva tantos pecadores convertidos pelos seus gestos de acolhida, de perdão, de vida!
Fazei isto em minha memória, tomai e comei, partilhar a vida! Celebremos a Paixão de Jesus, sua Páscoa, acolhendo o pecador, partilhando nossa fé na vitória da Vida, na certeza da vitória do perdão! O que recebemos de graça, de graça devemos dar. Recebemos o perdão de Deus mediante a redenção de Jesus Cristo!
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sábado, 23 de março de 2013
Of Homilies of St. Leo the Great, pope
“And I, if I be lifted up from the earth, will draw all things to
myself” (Jn 12,32). O wondrous power of the Cross! O ineffable glory of
the Passion, in which is contained the Lord's tribunal, the world's
judgment, and the power of the Crucified! For you drew all things to
yourself, Lord, and when “you stretched out your hands all the day long
to an unbelieving and rebellious people” (Is 65,2; Rm 10,21), the whole
world was at last brought to confess your majesty... You drew all things
to yourself, Lord, when the veil of the temple was rent in two (Mt
27,51), and the symbol of the Holy of Holies was made manifest in truth,
when prophecy found its fulfillment and the Old Law became the Gospel.
You drew all things to yourself, Lord, so that the worship of all
peoples should be celebrated in its fullness by that mystery which,
veiled until now beneath the rites of a single temple in Judea, is at
last openly made known...
For your cross is the source of all blessings, the origin of all grace. From the weakness of the cross believers gain strength, glory for shame, life for death. Now, too, the proliferation of sacrifices has ceased: the one offering of your body and blood fulfills all those different sacrifices offered throughout the world. For you are the true Lamb of God who takes away the sin of the world (Jn 1,29). In yourself you bring to completion all religions of all peoples so that all these peoples might make up but one Kingdom.
For your cross is the source of all blessings, the origin of all grace. From the weakness of the cross believers gain strength, glory for shame, life for death. Now, too, the proliferation of sacrifices has ceased: the one offering of your body and blood fulfills all those different sacrifices offered throughout the world. For you are the true Lamb of God who takes away the sin of the world (Jn 1,29). In yourself you bring to completion all religions of all peoples so that all these peoples might make up but one Kingdom.
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sexta-feira, 22 de março de 2013
De San Agustín, obispo de Hipona
"Si la Ley llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y
no puede fallar la Escritura, a quién el Padre envió y consagró al
mundo, ¿decís vosotros: ¡blasfemas! Porque he dicho: yo soy el Hijo de
Dios?" (Juan 10,35-36) ¿De hecho, si Dios habló a los hombres para que
sean llamados dioses, cómo la Palabra de Dios, el Verbo que está en
Dios, no sería Dios? ¿Si los hombres, porque Dios les habla, son hechos
partícipes de su naturaleza y llegan a ser dioses, cómo esta Palabra, de
la que les viene este don, no sería Dios?... Tú, tú te acercas a la
Luz, y la recibes, y te cuentas entre los hijos de Dios; si te alejas de
la luz, te oscureces, y te cuentas entre los hijos de las tinieblas (cf
1Tes. 5,5)...
"Creed a las obras. Para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí y yo en el Padre” El Hijo de Dios no dice “el Padre está en mí y yo en el Padre" en el sentido en que los hombres pueden decirlo. En efecto, si nuestros pensamientos son buenos, estamos en Dios; si nuestra vida es santa, Dios está en nosotros. Cuando participamos en su gracia y cuando somos iluminados por su luz, estamos en Él y Él en nosotros.
Pero reconoce lo que es propio del Señor y lo que es un don hecho a su servidor. Lo que es propio del Señor es la igualdad con el Padre; el don concedido al servidor, es participar en la Salvación. "Entonces intentaron detenerlo" ¡Si sólo lo habían cogido - pero por la fe y la inteligencia, y no para atormentarlo y matarlo! En este momento en que os hablo, todos, vosotros y yo, queremos coger a Cristo. ¿Prenderlo, en qué sentido? Vosotros lo cogéis cuando lo comprendéis. Pero los enemigos de Cristo buscaban otra cosa. Vosotros cogéis para poseer, ellos querían cogerlo para desembarazarse de él. Y porque querían cogerlo así, ¿qué hace Jesús? "Escapó de sus manos". No pudieron cogerlo, porque no tenían las manos de la fe... Verdaderamente cogemos a Cristo si nuestro espíritu coge al Verbo.
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"Creed a las obras. Para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí y yo en el Padre” El Hijo de Dios no dice “el Padre está en mí y yo en el Padre" en el sentido en que los hombres pueden decirlo. En efecto, si nuestros pensamientos son buenos, estamos en Dios; si nuestra vida es santa, Dios está en nosotros. Cuando participamos en su gracia y cuando somos iluminados por su luz, estamos en Él y Él en nosotros.
Pero reconoce lo que es propio del Señor y lo que es un don hecho a su servidor. Lo que es propio del Señor es la igualdad con el Padre; el don concedido al servidor, es participar en la Salvación. "Entonces intentaron detenerlo" ¡Si sólo lo habían cogido - pero por la fe y la inteligencia, y no para atormentarlo y matarlo! En este momento en que os hablo, todos, vosotros y yo, queremos coger a Cristo. ¿Prenderlo, en qué sentido? Vosotros lo cogéis cuando lo comprendéis. Pero los enemigos de Cristo buscaban otra cosa. Vosotros cogéis para poseer, ellos querían cogerlo para desembarazarse de él. Y porque querían cogerlo así, ¿qué hace Jesús? "Escapó de sus manos". No pudieron cogerlo, porque no tenían las manos de la fe... Verdaderamente cogemos a Cristo si nuestro espíritu coge al Verbo.
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quinta-feira, 21 de março de 2013
Di Omelie di San Gregorio Magno, papa
“Abramo, vostro padre,
esultò nella speranza di vedere il mio giorno; lo vide e se ne rallegrò”
Abramo ha visto il giorno del Signore quando ha accolto a casa sua i
tre angeli che rappresentavano la Santa Trinità: tre ospiti ai quali si è
rivolto come ad uno solo (Gen 18,2-3)... Ma lo spirito piuttosto basso
degli uditori del Signore non alza lo sguardo oltre la carne..., ed essi
gli dicono: “Non hai ancora cinquant'anni e hai visto Abramo?” Allora
dolcemente il Redentore cerca di elevare il loro sguardo dal suo corpo
di carne alla contemplazione della sua divinità e dice: “In verità, in
verità vi dico: prima che Abramo fosse, Io Sono”. “Prima” indica il
passato, e “Io sono” il presente. Perché la sua divinità non ha né
passato, né futuro, ma esiste sempre, il Signore non dice “prima che
Abramo fosse, io ero”, ma “prima che Abramo fosse, Io Sono”. Ecco perché
Dio dichiarò a Mosè: “Io sono colui che sono... Dirai agli Israeliti:
Io-Sono mi ha mandato a voi” (Es 3,14).
Abramo ha avuto un prima e un dopo; è venuto in questo mondo... e l'ha lasciato, rapito dalla corsa della sua vita. Ma è proprio della verità di esistere sempre (Gv 14,6), poiché per essa nulla comincia e poi finisce. Ma quegli increduli, che non potevano sopportare parole di eternità, corrono a prendere pietre per lapidare colui che non riuscivano a capire...
“Gesù si nascose e uscì dal tempio”. E' sorprendente che il Signore sia sfuggito ai persecutori nascondendosi, mentre avrebbe potuto usare la sua potenza divina... Perché si è nascosto? Perché fattosi uomo fra gli uomini, il nostro Redentore ci dice alcune cose con la parola ed altre con l'esempio. E cosa ci vuol dire con questo esempio, se non di fuggire con l'umiltà l'odio degli orgogliosi, anche quando potremmo opporre resistenza?... Nessuno dunque reagisca nel ricevere affronti, nessuno ricambi l'insulto con l'insulto. Poiché è più glorioso, secondo l'esempio di Dio, evitare un'ingiuria tacendo che voler avere il sopravvento contrattaccando.
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Abramo ha avuto un prima e un dopo; è venuto in questo mondo... e l'ha lasciato, rapito dalla corsa della sua vita. Ma è proprio della verità di esistere sempre (Gv 14,6), poiché per essa nulla comincia e poi finisce. Ma quegli increduli, che non potevano sopportare parole di eternità, corrono a prendere pietre per lapidare colui che non riuscivano a capire...
“Gesù si nascose e uscì dal tempio”. E' sorprendente che il Signore sia sfuggito ai persecutori nascondendosi, mentre avrebbe potuto usare la sua potenza divina... Perché si è nascosto? Perché fattosi uomo fra gli uomini, il nostro Redentore ci dice alcune cose con la parola ed altre con l'esempio. E cosa ci vuol dire con questo esempio, se non di fuggire con l'umiltà l'odio degli orgogliosi, anche quando potremmo opporre resistenza?... Nessuno dunque reagisca nel ricevere affronti, nessuno ricambi l'insulto con l'insulto. Poiché è più glorioso, secondo l'esempio di Dio, evitare un'ingiuria tacendo che voler avere il sopravvento contrattaccando.
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quarta-feira, 20 de março de 2013
De la Constitución "Gaudium et Spes"
En lo más profundo de su
conciencia descubre el hombree la existencia de una ley que él no se
dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena,
cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe
amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita
aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón,
en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será
juzgado personalmente (Rm 2,14-16). La conciencia es el núcleo más
secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con
Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla.
La orientación del hombre hacia el bien sólo se logra con el uso de la libertad, la cual posee un valor que nuestros contemporáneos ensalzan con entusiasmo. Y con toda razón. Con frecuencia, sin embargo, la fomentan de forma depravada, como si fuera pura licencia para hacer cualquier cosa, con tal que deleite, aunque sea mala. La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina (Gn 1,26) en el hombre. Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión (Si 15,14) para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. La dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre elección...
El hombre logra esta dignidad cuando, liberado totalmente de la cautividad de las pasiones, tiende a su fin con la libre elección del bien y se procura medios adecuados para ello con eficacia y esfuerzo crecientes. La libertad humana, herida por el pecado, para dar la máxima eficacia a esta ordenación a Dios, ha de apoyarse necesariamente en la gracia de Dios.
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La orientación del hombre hacia el bien sólo se logra con el uso de la libertad, la cual posee un valor que nuestros contemporáneos ensalzan con entusiasmo. Y con toda razón. Con frecuencia, sin embargo, la fomentan de forma depravada, como si fuera pura licencia para hacer cualquier cosa, con tal que deleite, aunque sea mala. La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina (Gn 1,26) en el hombre. Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión (Si 15,14) para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. La dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre elección...
El hombre logra esta dignidad cuando, liberado totalmente de la cautividad de las pasiones, tiende a su fin con la libre elección del bien y se procura medios adecuados para ello con eficacia y esfuerzo crecientes. La libertad humana, herida por el pecado, para dar la máxima eficacia a esta ordenación a Dios, ha de apoyarse necesariamente en la gracia de Dios.
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terça-feira, 19 de março de 2013
Of the Greek Liturgy
With his own eyes, Joseph, husband of Mary, beheld the fulfillment of
prophecy. Chosen for this marriage most glorious, he received the
revelation by the mouth of angels, singing: “Glory to the Lord! For he
has granted peace on earth” (Lk 2,14).
O Joseph, declare to David, ancestor of the Man-God, the wonders your eyes have seen: you saw the child resting on the Virgin's breast, you worshiped him with the wise men, you gave glory to God with the shepherds according to the word of the angel. Pray to Christ, our God, for the salvation of our souls.
As for you, O Joseph, when he was born of the Virgin you received the great God into your arms, before whom tremble the heavenly powers, and by this you have been consecrated. Therefore we pay you honor.
Your soul has been obedient to God's commands. Filled with unequaled purity, you were worthy to receive as your bride she who is pure and immaculate amongst women; you were the guardian of this Virgin when she merited to become tabernacle of the Creator...
He who, with a word, shaped the heavens, earth and sea, was called “the son of a carpenter” (Mt 13,55), namely you, O worthy Joseph! You were names the father of him who is without beginning and who gave you the glory of being the steward of an incomprehensible mystery... Sacred guardian of the blessed Virgin, you sang this canticle with her: “O all you creatures bless the Lord and exalt him for endless ages! Amen” (Dn 3,57).
O Joseph, declare to David, ancestor of the Man-God, the wonders your eyes have seen: you saw the child resting on the Virgin's breast, you worshiped him with the wise men, you gave glory to God with the shepherds according to the word of the angel. Pray to Christ, our God, for the salvation of our souls.
As for you, O Joseph, when he was born of the Virgin you received the great God into your arms, before whom tremble the heavenly powers, and by this you have been consecrated. Therefore we pay you honor.
Your soul has been obedient to God's commands. Filled with unequaled purity, you were worthy to receive as your bride she who is pure and immaculate amongst women; you were the guardian of this Virgin when she merited to become tabernacle of the Creator...
He who, with a word, shaped the heavens, earth and sea, was called “the son of a carpenter” (Mt 13,55), namely you, O worthy Joseph! You were names the father of him who is without beginning and who gave you the glory of being the steward of an incomprehensible mystery... Sacred guardian of the blessed Virgin, you sang this canticle with her: “O all you creatures bless the Lord and exalt him for endless ages! Amen” (Dn 3,57).
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segunda-feira, 18 de março de 2013
Dos Sermões de Santo Agostinho, bispo
Os fariseus disseram-Lhe: «Tu dás testemunho a favor de Ti mesmo: o Teu
testemunho não é válido.» [...] Jesus respondeu: «Ainda que Eu dê
testemunho a favor de Mim mesmo, o Meu testemunho é válido, porque sei
donde vim e para onde vou.» A luz mostra os objectos que ilumina, e ao
mesmo tempo mostra-se a si própria. [...] «Sei de onde vim e para onde
vou.» Aquele que está à vossa frente e que fala possui o que não deixou
[...]: ao vir a este mundo, Ele não deixou o céu, e ao voltar para o
céu, não nos abandonou. [...] Isto é impossível ao homem, é impossível
ao próprio sol: assim, quando vai para ocidente, abandona o oriente e,
até voltar ao oriente, não está lá. Mas Nosso Senhor Jesus Cristo vem à
terra e está no céu; e volta para o céu, e está na terra. [...]
São Pedro escreveu: «Temos bem confirmada a palavra dos profetas à qual fazeis bem em prestar atenção como a uma lâmpada que brilha no escuro, até que o dia amanheça» (2P 1,19). Então, quando o Senhor vier, nas palavras do apóstolo Paulo, «iluminará o que está oculto nas trevas» (1 Cor 4,5). [...] Perante essa luz, as tochas deixarão de ser necessárias: deixaremos de ler os profetas, não mais abriremos as epístolas dos apóstolos, não mais pediremos o testemunho de João Batista, não teremos sequer necessidade do Evangelho. Todas as Escrituras, que estavam acesas para nós como tochas no meio da noite no nosso mundo, desaparecerão. [...] O que vamos ver? [...] «No princípio era o Verbo, a Palavra de Deus, e o Verbo estava com Deus, e o Verbo era Deus» (Jo 1,1). Chegaras à fonte de onde o orvalho se derramou sobre ti, de onde saíram esses raios quebrados que chegaram por mil desvios até ao teu coração envolto em trevas. Verás a própria luz a descoberto. [...] «Ainda não se manifestou o que havemos de ser. Mas sabemos que, quando se manifestar, seremos semelhantes a Ele, porque O veremos como Ele é» (1Jo 3,2). [...] Vou deixar este livro [...]; foi bom desfrutarmos juntos da sua luz [...] mas, separando-nos agora, não abandonemos essa luz.
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São Pedro escreveu: «Temos bem confirmada a palavra dos profetas à qual fazeis bem em prestar atenção como a uma lâmpada que brilha no escuro, até que o dia amanheça» (2P 1,19). Então, quando o Senhor vier, nas palavras do apóstolo Paulo, «iluminará o que está oculto nas trevas» (1 Cor 4,5). [...] Perante essa luz, as tochas deixarão de ser necessárias: deixaremos de ler os profetas, não mais abriremos as epístolas dos apóstolos, não mais pediremos o testemunho de João Batista, não teremos sequer necessidade do Evangelho. Todas as Escrituras, que estavam acesas para nós como tochas no meio da noite no nosso mundo, desaparecerão. [...] O que vamos ver? [...] «No princípio era o Verbo, a Palavra de Deus, e o Verbo estava com Deus, e o Verbo era Deus» (Jo 1,1). Chegaras à fonte de onde o orvalho se derramou sobre ti, de onde saíram esses raios quebrados que chegaram por mil desvios até ao teu coração envolto em trevas. Verás a própria luz a descoberto. [...] «Ainda não se manifestou o que havemos de ser. Mas sabemos que, quando se manifestar, seremos semelhantes a Ele, porque O veremos como Ele é» (1Jo 3,2). [...] Vou deixar este livro [...]; foi bom desfrutarmos juntos da sua luz [...] mas, separando-nos agora, não abandonemos essa luz.
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domingo, 17 de março de 2013
V Domenica di Quaresima
Del Beato Giovanni Paolo II , papa
«Dio nessuno l'ha mai visto», scrive san Giovanni per dar maggior rilievo alla verità secondo cui «proprio il Figlio unigenito, che è nel seno del Padre, lui lo ha rivelato» (Gv 1, 18).... Rivelata in Cristo, la verità intorno a Dio «Padre delle misericordie» (2 Cor 1, 3) ci consente di «vederlo» particolarmente vicino all'uomo, soprattutto quando questi soffre, quando viene minacciato nel nucleo stesso della sua esistenza e della sua dignità. Ed è per questo che, nell'odierna situazione della Chiesa e del mondo, molti uomini e molti ambienti guidati da un vivo senso di fede si rivolgono, direi, quasi spontaneamente alla misericordia di Dio. Essi sono spinti certamente a farlo da Cristo stesso, il quale mediante il suo Spirito opera nell'intimo dei cuori umani. Rivelato da lui, infatti, il mistero di Dio «Padre delle misericordie» diventa, nel contesto delle odierne minacce contro l'uomo, quasi un singolare appello che s'indirizza alla Chiesa.
Desidero... accogliere questo appello; desidero attingere all'eterno ed insieme, per la sua semplicità e profondità, incomparabile linguaggio della rivelazione e della fede, per esprimere proprio con esso ancora una volta dinanzi a Dio ed agli uomini le grandi preoccupazioni del nostro tempo. Infatti, la rivelazione e la fede ci insegnano non tanto a meditare in astratto il mistero di Dio come «Padre delle misericordie», ma a ricorrere a questa stessa misericordia nel nome di Cristo e in unione con lui. Cristo non ha forse detto che il nostro Padre, il quale «vede nel segreto» (Mt 6,4), attende, si direbbe, continuamente che noi, richiamandoci a lui in ogni necessità, scrutiamo sempre il suo mistero: il mistero del Padre e del suo amore? Desidero quindi che queste considerazioni rendano più vicino a tutti tale mistero e diventino, nello stesso tempo, un vibrante appello della Chiesa per la misericordia di cui l'uomo e il mondo contemporaneo hanno tanto bisogno. E ne hanno bisogno anche se sovente non lo sanno.
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«Dio nessuno l'ha mai visto», scrive san Giovanni per dar maggior rilievo alla verità secondo cui «proprio il Figlio unigenito, che è nel seno del Padre, lui lo ha rivelato» (Gv 1, 18).... Rivelata in Cristo, la verità intorno a Dio «Padre delle misericordie» (2 Cor 1, 3) ci consente di «vederlo» particolarmente vicino all'uomo, soprattutto quando questi soffre, quando viene minacciato nel nucleo stesso della sua esistenza e della sua dignità. Ed è per questo che, nell'odierna situazione della Chiesa e del mondo, molti uomini e molti ambienti guidati da un vivo senso di fede si rivolgono, direi, quasi spontaneamente alla misericordia di Dio. Essi sono spinti certamente a farlo da Cristo stesso, il quale mediante il suo Spirito opera nell'intimo dei cuori umani. Rivelato da lui, infatti, il mistero di Dio «Padre delle misericordie» diventa, nel contesto delle odierne minacce contro l'uomo, quasi un singolare appello che s'indirizza alla Chiesa.
Desidero... accogliere questo appello; desidero attingere all'eterno ed insieme, per la sua semplicità e profondità, incomparabile linguaggio della rivelazione e della fede, per esprimere proprio con esso ancora una volta dinanzi a Dio ed agli uomini le grandi preoccupazioni del nostro tempo. Infatti, la rivelazione e la fede ci insegnano non tanto a meditare in astratto il mistero di Dio come «Padre delle misericordie», ma a ricorrere a questa stessa misericordia nel nome di Cristo e in unione con lui. Cristo non ha forse detto che il nostro Padre, il quale «vede nel segreto» (Mt 6,4), attende, si direbbe, continuamente che noi, richiamandoci a lui in ogni necessità, scrutiamo sempre il suo mistero: il mistero del Padre e del suo amore? Desidero quindi che queste considerazioni rendano più vicino a tutti tale mistero e diventino, nello stesso tempo, un vibrante appello della Chiesa per la misericordia di cui l'uomo e il mondo contemporaneo hanno tanto bisogno. E ne hanno bisogno anche se sovente non lo sanno.
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sábado, 16 de março de 2013
De la Constitución dogmática sobre la Iglesia, “Lumen Gentium”
Cristo
selló con su sangre un pacto nuevo, a saber, el Nuevo Testamento (1C
11,25), lo estableció convocando un pueblo de judíos y gentiles, que se
unificara no según la carne, sino en el Espíritu, y constituyera el
nuevo Pueblo de Dios...: un linaje escogido, sacerdocio regio, nación
santa, pueblo de adquisición..., que en un tiempo no era pueblo y ahora
es pueblo de Dios” (1P 2, 9-10).
Este pueblo mesiánico, por consiguiente, aunque no incluya a todos los hombres actualmente y con frecuencia parezca una grey pequeña, es, sin embargo, para todo el género humano, un germen segurísimo de unidad, de esperanza y de salvación. Cristo, que lo instituyó para ser comunión de vida, de caridad y de verdad, se sirve también de él como de instrumento de la redención universal y lo envía a todo el universo como luz del mundo y sal de la tierra (cf. Mt 5,13-16)... Dios formó una comunidad de quienes, creyendo, ven en Jesús al autor de la salvación y el principio de la unidad y de la paz, y la constituyó Iglesia a fin de que fuera para todos y cada uno el sacramento visible de esta unidad salutífera.
Esta Iglesia, debiendo difundirse en todo el mundo, entra, por consiguiente, en la historia de la humanidad, si bien trasciende los tiempos y las fronteras de los pueblos. Caminando, pues, en medio de tentaciones y tribulaciones, se ve confortada con el poder de la gracia de Dios, que le ha sido prometida para que no desfallezca de la fidelidad perfecta por la debilidad de la carne, antes, al contrario, persevere como esposa digna del Señor y, bajo la acción del Espíritu Santo, no cese de renovarse hasta que por la cruz llegue a aquella luz que no conoce ocaso.
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Este pueblo mesiánico, por consiguiente, aunque no incluya a todos los hombres actualmente y con frecuencia parezca una grey pequeña, es, sin embargo, para todo el género humano, un germen segurísimo de unidad, de esperanza y de salvación. Cristo, que lo instituyó para ser comunión de vida, de caridad y de verdad, se sirve también de él como de instrumento de la redención universal y lo envía a todo el universo como luz del mundo y sal de la tierra (cf. Mt 5,13-16)... Dios formó una comunidad de quienes, creyendo, ven en Jesús al autor de la salvación y el principio de la unidad y de la paz, y la constituyó Iglesia a fin de que fuera para todos y cada uno el sacramento visible de esta unidad salutífera.
Esta Iglesia, debiendo difundirse en todo el mundo, entra, por consiguiente, en la historia de la humanidad, si bien trasciende los tiempos y las fronteras de los pueblos. Caminando, pues, en medio de tentaciones y tribulaciones, se ve confortada con el poder de la gracia de Dios, que le ha sido prometida para que no desfallezca de la fidelidad perfecta por la debilidad de la carne, antes, al contrario, persevere como esposa digna del Señor y, bajo la acción del Espíritu Santo, no cese de renovarse hasta que por la cruz llegue a aquella luz que no conoce ocaso.
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quinta-feira, 14 de março de 2013
No inicio do Pontificado de Francisco
O novo pontífice é o Cardeal Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco I, que nasceu em Buenos Aires, na Argentina, em 17 de dezembro de 1936.
O Papa jesuíta se formou como técnico químico, mas depois escolheu a estrada do sacerdócio e entrou para o seminário de Vila Devoto. Em 11 de março de 1958, passou para o noviciado da Companhia de Jesus. Completou os estudos humanistas no Chile e em 1963, de volta a Buenos Aires, formou-se em Filosofia na Faculdade de Filosofia do colégio máximo São José de São Miguel.
De 1964 a 1965, ensinou literatura e psicologia no Colégio da Imaculada de Santa Fé e, em 1966, ensinou essas mesmas matérias no Colégio do Salvador, em Buenos Aires.
De 1967 a 1970 estudou teologia na Faculdade de Teologia do Colégio São José, de São Miguel, onde se formou.
Em 13 de dezembro de 1969 foi ordenado sacerdote.
in news.va
terça-feira, 12 de março de 2013
Di Giovanni Taulero, domenicano a Strasburgo
Questa piscina...
rappresenta la persona di nostro Signor Gesù Cristo, così degno d'amore,
e l'acqua che si muove in questa piscina è il sangue benedetto del
Figlio di Dio così amato, Dio e uomo, che ci ha tutti lavati col suo
sangue prezioso e che, per amore, vuole lavare tutti coloro che vengono a
lui semplicemente (1Pt 1,19; Ap 7,14)... I malati possono essere il
simbolo degli uomini presi dall'orgoglio; dall'ira, dall'odio,
dall'avarizia, dalla lussuria, cosa che ci fa capire che tutti i malati
di questo tipo, che possono lavarsi nel sangue di Cristo, saranno
completamente guariti, se però decidono di scendere in questa acqua. I
cinque portici della piscina possono rappresentare, in un certo senso,
le cinque sacre piaghe di nostro Signore, per le quali e nelle quali
tutti siamo stati salvati...
Sotto i portici della piscina stavano molti malati, e quello che riusciva a entrare nella piscina, subito dopo che l'acqua si agitava, era completamente guarito. Che significano questa agitazione e questo contatto se non che lo Spirito Santo scende dall'alto nell'uomo e viene a toccarne l'interiorità dove provoca un grande “movimento”, così che l'interiorità di quest'uomo è veramente trasformata e completamente cambiata? Egli non gusta più le cose che prima gli piacevano; e ciò che gli faceva paura ora è la sua gioia. Il disprezzo, la povertà esteriore ed interiore, la rinuncia, la vita interiore, l'umiltà, il distacco da tutte le cose create: ecco la sua più grande felicità ora. Quando si verifica questo contatto, il malato, cioè l'uomo esteriore, entra interamente e fino in fondo nella piscina e si lava nel Cristo, nel suo sangue preziosissimo e, in virtù del contatto, è certamente guarito, come infatti è scritto ancora: “E quanti lo toccavano guarivano” (Mt 14,36).
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Sotto i portici della piscina stavano molti malati, e quello che riusciva a entrare nella piscina, subito dopo che l'acqua si agitava, era completamente guarito. Che significano questa agitazione e questo contatto se non che lo Spirito Santo scende dall'alto nell'uomo e viene a toccarne l'interiorità dove provoca un grande “movimento”, così che l'interiorità di quest'uomo è veramente trasformata e completamente cambiata? Egli non gusta più le cose che prima gli piacevano; e ciò che gli faceva paura ora è la sua gioia. Il disprezzo, la povertà esteriore ed interiore, la rinuncia, la vita interiore, l'umiltà, il distacco da tutte le cose create: ecco la sua più grande felicità ora. Quando si verifica questo contatto, il malato, cioè l'uomo esteriore, entra interamente e fino in fondo nella piscina e si lava nel Cristo, nel suo sangue preziosissimo e, in virtù del contatto, è certamente guarito, come infatti è scritto ancora: “E quanti lo toccavano guarivano” (Mt 14,36).
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segunda-feira, 11 de março de 2013
Das Homilias de Santo Inácio de Antioquia, bispo
«Pois foi para isto que Cristo morreu e voltou à vida: para ser Senhor,
tanto dos mortos como dos vivos» (Rm 14,9). Mas «Deus não é Deus de
mortos, mas de vivos» (Lc 20,38). Portanto, uma vez que este Senhor dos
mortos está vivo, os mortos já não são mortos, mas vivos: a vida reina
neles, para que eles vivam sem temer a morte. Do mesmo modo que «Cristo,
ressuscitado de entre os mortos, já não morrerá» (Rm 6,9), assim também
eles, elevados e libertados do estado perecível, nunca mais verão a
morte. Participarão da ressurreição de Cristo, como Ele próprio
participou da nossa morte. Com efeito, Cristo desceu à terra para fazer
«em pedaços as portas de bronze» e quebrar «as barras de ferro» (Sl
107,16) que estavam fechadas desde sempre, para arrancar a nossa vida do
seu estado perecível e nos atrair a Ele, chamando-nos da escravatura à
liberdade.
Se esse plano de salvação ainda não se concretizou, se os homens continuam a morrer e os seus corpos se dissolvem nos túmulos, que isso não seja obstáculo à fé. Pois, desde agora, recebemos o penhor de todos os bens que nos foram prometidos na pessoa Daquele que é o nosso primogénito: através Dele subimos ao mais alto dos céus. De facto, estamos sentados junto Daquele que nos elevou com Ele às alturas, como diz São Paulo: «Com Ele [Deus] nos ressuscitou e nos sentou no alto do Céu, em Cristo» (Ef 2,6).
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Se esse plano de salvação ainda não se concretizou, se os homens continuam a morrer e os seus corpos se dissolvem nos túmulos, que isso não seja obstáculo à fé. Pois, desde agora, recebemos o penhor de todos os bens que nos foram prometidos na pessoa Daquele que é o nosso primogénito: através Dele subimos ao mais alto dos céus. De facto, estamos sentados junto Daquele que nos elevou com Ele às alturas, como diz São Paulo: «Com Ele [Deus] nos ressuscitou e nos sentou no alto do Céu, em Cristo» (Ef 2,6).
domingo, 10 de março de 2013
No Domingo IV do Tempo da Quaresma
O Evangelho do Filho Pródigo nos fala, entre outras mensagens, das relações afetiva e serviçal.
O filho mais novo tem para com o pai uma grande confiança, apesar de, no início, ter agido de modo egoísta. Quando se reconheceu pecador, quando percebeu o erro cometido, não ficou com medo do pai, mas ao contrário, recordou a bondade, a prodigalidade de seu pai e resolveu voltar para casa. Ele sabia quem era seu pai e o respeitava bastante. Por isso voltou. No fundo ele havia experimentado o que era ser amado.
O mais velho, apesar de jamais ter se afastado do lado do pai, tinha uma relação de empregado com seu patrão. Ele está preso ao que fez e ao que deixou de fazer. Não conheceu o verbo amar, o verbo perdoar, o verbo querer, no sentido de querer bem. Sua relação não era de ternura, mas de trocas.
A grandeza de um homem não está em cumprir leis como um servo, mas em viver o amor, a grandeza do perdão, saber entender o outro e abraçá-lo.
Deus nos criou para isso, para sermos sua imagem e semelhança e não para termos uma relação empobrecedora. Não nos deixemos apequenar por nada. Nossa vocação é sermos sacramento de amor, do perdão, do acolhimento de Deus em meio aos homens.
A segunda leitura complementa este pensamento quando diz: “Tudo agora é novo. E tudo vem de Deus, que, por Cristo nos reconciliou consigo e nos confiou o ministério da reconciliação”.
A sociedade julga as pessoas pela aparência, pela cultura, pelas posses. No ambiente da Igreja se julga as pessoas pelo engajamento, pela boa ou má conduta. Paulo diz que Deus não imputou ao mundo as suas faltas. Ao contrário, mais adiante acrescenta: “Aquele que não cometeu nenhum pecado, Deus o fez pecado por nós, para que nele nos tornemos justiça de Deus”.
Ora, estar em Cristo significa estar em íntima relação com Deus e com o outro, é ser nova criatura.
O cristão é nova criatura porque pelo batismo renasceu pelo espírito, e isto provoca atitudes novas.
O filho mais novo, aparentemente grande pecador, mostrou ser nova criatura porque baseou sua atitude de retornar à casa confiando exclusivamente na misericórdia do pai. Já o mais velho, cobrando do pai a justiça, por causa de seu trabalho, não entendeu a gratuidade do amor e permaneceu do lado de fora, na escuridão, sem provar a alegria da gratuidade.
Somente com uma atitude como a do caçula, confiando unicamente no amor e no perdão do pai, poderemos ressuscitar na Páscoa e ser novas criaturas.
in news.va
O filho mais novo tem para com o pai uma grande confiança, apesar de, no início, ter agido de modo egoísta. Quando se reconheceu pecador, quando percebeu o erro cometido, não ficou com medo do pai, mas ao contrário, recordou a bondade, a prodigalidade de seu pai e resolveu voltar para casa. Ele sabia quem era seu pai e o respeitava bastante. Por isso voltou. No fundo ele havia experimentado o que era ser amado.
O mais velho, apesar de jamais ter se afastado do lado do pai, tinha uma relação de empregado com seu patrão. Ele está preso ao que fez e ao que deixou de fazer. Não conheceu o verbo amar, o verbo perdoar, o verbo querer, no sentido de querer bem. Sua relação não era de ternura, mas de trocas.
A grandeza de um homem não está em cumprir leis como um servo, mas em viver o amor, a grandeza do perdão, saber entender o outro e abraçá-lo.
Deus nos criou para isso, para sermos sua imagem e semelhança e não para termos uma relação empobrecedora. Não nos deixemos apequenar por nada. Nossa vocação é sermos sacramento de amor, do perdão, do acolhimento de Deus em meio aos homens.
A segunda leitura complementa este pensamento quando diz: “Tudo agora é novo. E tudo vem de Deus, que, por Cristo nos reconciliou consigo e nos confiou o ministério da reconciliação”.
A sociedade julga as pessoas pela aparência, pela cultura, pelas posses. No ambiente da Igreja se julga as pessoas pelo engajamento, pela boa ou má conduta. Paulo diz que Deus não imputou ao mundo as suas faltas. Ao contrário, mais adiante acrescenta: “Aquele que não cometeu nenhum pecado, Deus o fez pecado por nós, para que nele nos tornemos justiça de Deus”.
Ora, estar em Cristo significa estar em íntima relação com Deus e com o outro, é ser nova criatura.
O cristão é nova criatura porque pelo batismo renasceu pelo espírito, e isto provoca atitudes novas.
O filho mais novo, aparentemente grande pecador, mostrou ser nova criatura porque baseou sua atitude de retornar à casa confiando exclusivamente na misericórdia do pai. Já o mais velho, cobrando do pai a justiça, por causa de seu trabalho, não entendeu a gratuidade do amor e permaneceu do lado de fora, na escuridão, sem provar a alegria da gratuidade.
Somente com uma atitude como a do caçula, confiando unicamente no amor e no perdão do pai, poderemos ressuscitar na Páscoa e ser novas criaturas.
in news.va
sábado, 9 de março de 2013
De Santa Teresa del Niño Jesus, monja carmelita
Esa
es mi oración; pido a Jesús que me atraiga a las llamas de su amor, que
me una estrechamente con él, que sea él quien actúe y viva en mí.
Siento que cuanto más el fuego del amor encenderá mi corazón, tanto más
diré: “Atráeme”, cuanto más las almas se me acercarán (pobre desecho de
hierro inútil si me alejara de la hoguera divina), las almas correrán
más rápidamente atraídas por el olor de los perfumes de su Amado (Ct 1,4
LXX)...
Madre querida, quisiera ahora deciros qué es lo que entiendo cuando digo olor de los perfumes del Amado. Puesto que Jesús subió al cielo, no le puedo seguir más que siguiendo las huellas que él ha dejado, pero, ¡qué luminosas son estas huellas, cuan perfumadas están! No tengo que hacer otra cosa que poner mis ojos en el santo Evangelio, enseguida respiro los perfumes de la vida de Jesús y sé por donde debo correr. No es en el primer lugar, sino que me lanzo hacia el último; en lugar de adelantarme, como el fariseo, repito, llena de confianza, la humilde plegaria del publicano. Pero sobre todo imito la conducta de María Magdalena; su maravillosa, o mejor, su amorosa audacia, que hace las delicias del Corazón de Jesús, seduce al mío.
Sí, siento en mí que, aunque pesaran sobre mi conciencia todos los pecados que se pueden cometer, con el corazón roto por el arrepentimiento iría a refugiarme en los brazos de Jesús, porque se muy bien cuánto ama al hijo pródigo que regresa a él. No es porque el buen Dios, en su solícita misericordia, ha preservado a mi alma del pecado mortal que me levanto hacia él por la confianza y el amor.
in evangelhoquotidiano.org
Madre querida, quisiera ahora deciros qué es lo que entiendo cuando digo olor de los perfumes del Amado. Puesto que Jesús subió al cielo, no le puedo seguir más que siguiendo las huellas que él ha dejado, pero, ¡qué luminosas son estas huellas, cuan perfumadas están! No tengo que hacer otra cosa que poner mis ojos en el santo Evangelio, enseguida respiro los perfumes de la vida de Jesús y sé por donde debo correr. No es en el primer lugar, sino que me lanzo hacia el último; en lugar de adelantarme, como el fariseo, repito, llena de confianza, la humilde plegaria del publicano. Pero sobre todo imito la conducta de María Magdalena; su maravillosa, o mejor, su amorosa audacia, que hace las delicias del Corazón de Jesús, seduce al mío.
Sí, siento en mí que, aunque pesaran sobre mi conciencia todos los pecados que se pueden cometer, con el corazón roto por el arrepentimiento iría a refugiarme en los brazos de Jesús, porque se muy bien cuánto ama al hijo pródigo que regresa a él. No es porque el buen Dios, en su solícita misericordia, ha preservado a mi alma del pecado mortal que me levanto hacia él por la confianza y el amor.
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sexta-feira, 8 de março de 2013
Della Beata Teresa di Calcutta
Amerai il Signore Dio con
tutto il tuo cuore, con tutta la tua mente e con tutta la tua forza ».
Tale è il comandamento di Dio grande, ed egli non può chiedere
l'impossibile. L'amore è un frutto che si può raccogliere in ogni
stagione e che è sempre a portata di mano. Ciascuno può coglierlo ;
nessun limite al nostro desiderio. La meditazione e lo spirito di
preghiera, il sacrificio e l'intensità della vita interiore sono per
tutti noi il mezzo per giungere a tale amore.
Non c'è nessun limite, poiché Dio è amore (1 Gv 4,8) e l'amore è Dio. Siamo legati a Dio proprio da una relazione di amore. E l'amore di Dio è infinito. Parteciparvi è amare e dare fino al punto che ci costi. Per questo, non si tratta tanto di quello che facciamo, quanto dell'amore che vi mettiamo, dell'amore che mettiamo in quello che doniamo. Ecco anche perché le persone che non sanno né dare né ricevere l'amore sono i più poveri, qualsiasi siano le loro ricchezze.
in evangelhoquotidiano.org
Non c'è nessun limite, poiché Dio è amore (1 Gv 4,8) e l'amore è Dio. Siamo legati a Dio proprio da una relazione di amore. E l'amore di Dio è infinito. Parteciparvi è amare e dare fino al punto che ci costi. Per questo, non si tratta tanto di quello che facciamo, quanto dell'amore che vi mettiamo, dell'amore che mettiamo in quello che doniamo. Ecco anche perché le persone che non sanno né dare né ricevere l'amore sono i più poveri, qualsiasi siano le loro ricchezze.
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quinta-feira, 7 de março de 2013
Das Catequeses de São Simeão, o novo teólogo, monge
Aqueles que são amigos de Deus e que O amam, que O possuem em si mesmos
como tesouro inviolável de todo o bem, recebem as injúrias e as
humilhações com uma alegria e uma felicidade inexprimíveis (Mt 5,10-12).
O seu amor redobra, e é um amor sincero por aqueles que [...] os fazem
sofrer tudo aquilo, como se fossem seus benfeitores. [...]
Aquele que não conheceu nenhuma queda, o Senhor Jesus, nosso Deus, foi atingido para que os pecadores que O imitam não só recebam o perdão, mas se tornem participantes na Sua divindade através da sua obediência. Quem não aceita as afrontas na humildade do seu coração, quem tem vergonha de imitar os sofrimentos do Mestre, também Cristo terá vergonha dele na presença dos anjos (Lc 9,26). [...]
Foi esbofeteado, coberto de escarros, crucificado [...]: estremecei, homens, tremei e suportai vós também as injúrias que Deus sofreu para nossa salvação. Deus é esbofeteado pelo último dos servos (Jo 18,22) para te dar um exemplo de vitória; e tu não aceitas o mesmo tratamento por parte de um dos teus semelhantes? Se tens vergonha de imitar Deus, como te regenerarás com Ele? Se, enquanto esperas, não fores paciente nos vexames, como serás glorificado com Ele no Reino dos céus?
Aquele que não conheceu nenhuma queda, o Senhor Jesus, nosso Deus, foi atingido para que os pecadores que O imitam não só recebam o perdão, mas se tornem participantes na Sua divindade através da sua obediência. Quem não aceita as afrontas na humildade do seu coração, quem tem vergonha de imitar os sofrimentos do Mestre, também Cristo terá vergonha dele na presença dos anjos (Lc 9,26). [...]
Foi esbofeteado, coberto de escarros, crucificado [...]: estremecei, homens, tremei e suportai vós também as injúrias que Deus sofreu para nossa salvação. Deus é esbofeteado pelo último dos servos (Jo 18,22) para te dar um exemplo de vitória; e tu não aceitas o mesmo tratamento por parte de um dos teus semelhantes? Se tens vergonha de imitar Deus, como te regenerarás com Ele? Se, enquanto esperas, não fores paciente nos vexames, como serás glorificado com Ele no Reino dos céus?
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quarta-feira, 6 de março de 2013
De Bento XVI, papa
No corrente ano comemora-se também o 40º aniversário da promulgação da
Declaração «Nostra aetate», do Concílio Ecuménico Vaticano II, que abriu
novas perspectivas nas relações judaico-cristãs, sob o signo do diálogo
e da solidariedade. No número 4 desta Declaração recordam-se as nossas
raízes comuns e o preciosíssimo património espiritual compartilhado por
judeus e cristãos. Tanto os judeus como os cristãos reconhecem em Abraão
o seu Pai na fé (cf Ga 3,7; Rm 4,11ss), e têm como ponto de referência
os ensinamentos de Moisés e dos profetas. Tanto a espiritualidade dos
judeus como a dos cristãos recebem o alimento dos Salmos. Juntamente com
o Apóstolo Paulo, os cristãos estão convencidos de que «os dons e o
chamamento de Deus são irrevogáveis» (Rm 11,29; cf 9,6.11; 11,1ss). Em
consideração da raiz judaica do cristianismo [...], o meu venerado
Predecessor [...] asseverou: «Quem se encontra com Jesus Cristo,
descobre o judaísmo.» [...]
Deus criou-nos a todos «à Sua imagem» (Gn 1,27) [...]. Diante de Deus, todos os homens têm a mesma dignidade, independentemente do povo, da cultura ou da religião a que pertencem. Por este motivo, a Declaração «Nostra aetate» fala com grande estima também dos muçulmanos e dos fiéis pertencentes às outras religiões. Tendo como base a dignidade humana comum de todos, a Igreja Católica «reprova como contrária ao espírito de Cristo qualquer discriminação entre os homens, ou qualquer perseguição feita por questões de raça ou de cor, de condição social ou de religião» (n. 5). A Igreja está consciente do seu dever de transmitir, tanto mediante a catequese destinada aos jovens como em todos os aspectos da sua vida, esta doutrina às novas gerações [...]. Trata-se de uma tarefa de especial importância, dado que nos dias de hoje, infelizmente, voltam a surgir sinais de anti-semitismo e manifestações de várias formas de hostilidade generalizada em relação aos estrangeiros. Como deixar de ver nisto um motivo de preocupação e de vigilância? A Igreja Católica compromete-se – reitero-o nesta circunstância – em prol da tolerância, do respeito, da amizade e da paz entre todos os povos, culturas e religiões.
Deus criou-nos a todos «à Sua imagem» (Gn 1,27) [...]. Diante de Deus, todos os homens têm a mesma dignidade, independentemente do povo, da cultura ou da religião a que pertencem. Por este motivo, a Declaração «Nostra aetate» fala com grande estima também dos muçulmanos e dos fiéis pertencentes às outras religiões. Tendo como base a dignidade humana comum de todos, a Igreja Católica «reprova como contrária ao espírito de Cristo qualquer discriminação entre os homens, ou qualquer perseguição feita por questões de raça ou de cor, de condição social ou de religião» (n. 5). A Igreja está consciente do seu dever de transmitir, tanto mediante a catequese destinada aos jovens como em todos os aspectos da sua vida, esta doutrina às novas gerações [...]. Trata-se de uma tarefa de especial importância, dado que nos dias de hoje, infelizmente, voltam a surgir sinais de anti-semitismo e manifestações de várias formas de hostilidade generalizada em relação aos estrangeiros. Como deixar de ver nisto um motivo de preocupação e de vigilância? A Igreja Católica compromete-se – reitero-o nesta circunstância – em prol da tolerância, do respeito, da amizade e da paz entre todos os povos, culturas e religiões.
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terça-feira, 5 de março de 2013
De São Cesário de Arles, bispo
Qual é a misericórdia humana? A que atende às misérias dos pobres. E
qual é a misericórdia divina? Sem dúvida nenhuma, a que te concede o
perdão dos pecados. [...]
Deus, neste mundo, tem frio e fome na pessoa de todos os pobres, como Ele mesmo disse (Mt 25,40). [...] Que espécie de gente somos nós? Quando Deus dá, queremos receber; mas quando pede, não queremos dar. Quando um pobre tem fome, é Cristo que passa necessidade, como Ele próprio disse: «Tive fome e não Me destes de comer» (v. 42). Não desprezes, portanto, a miséria dos pobres, se queres esperar confiadamente o perdão dos pecados. [...] Ele restitui no céu o que recebe cá na terra.
Pergunto-vos, irmãos: que quereis ou que buscais quando vindes à igreja? Certamente quereis e buscais misericórdia. Dai, portanto, a misericórdia terrena e recebereis a misericórdia celeste. O pobre pede-te a ti, e tu pedes a Deus; ele pede um pouco de pão, tu pedes a vida eterna. [...] Portanto, quando vindes à igreja dai esmolas para os pobres, sejam elas quais forem, segundo as vossas possibilidades.
in evangelhoquotidiano.org
Deus, neste mundo, tem frio e fome na pessoa de todos os pobres, como Ele mesmo disse (Mt 25,40). [...] Que espécie de gente somos nós? Quando Deus dá, queremos receber; mas quando pede, não queremos dar. Quando um pobre tem fome, é Cristo que passa necessidade, como Ele próprio disse: «Tive fome e não Me destes de comer» (v. 42). Não desprezes, portanto, a miséria dos pobres, se queres esperar confiadamente o perdão dos pecados. [...] Ele restitui no céu o que recebe cá na terra.
Pergunto-vos, irmãos: que quereis ou que buscais quando vindes à igreja? Certamente quereis e buscais misericórdia. Dai, portanto, a misericórdia terrena e recebereis a misericórdia celeste. O pobre pede-te a ti, e tu pedes a Deus; ele pede um pouco de pão, tu pedes a vida eterna. [...] Portanto, quando vindes à igreja dai esmolas para os pobres, sejam elas quais forem, segundo as vossas possibilidades.
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segunda-feira, 4 de março de 2013
De São João Crisóstomo, bispo
A viúva de Sarepta recebe o profeta Elias com toda a generosidade e
esgota toda a sua pobreza em sua honra, embora seja uma estrangeira de
Sídon. Ela nunca tinha ouvido o que os profetas dizem acerca do mérito
da esmola, e muito menos ainda a palavra de Cristo: «Tive fome e
destes-Me de comer» (Mt 25,35).
Qual será a nossa desculpa se, depois de tais exortações, depois da promessa de tão grandes recompensas, depois da promessa do Reino dos Céus e da sua felicidade, não chegarmos ao mesmo grau de bondade que esta viúva? Uma mulher de Sídon, uma viúva, tendo a seu cargo o cuidado de uma família, ameaçada pela fome e vendo chegar a morte, abre a sua porta para acolher um estranho e dá-lhe a pouca farinha que lhe resta. [...] Mas nós, que fomos instruídos pelos profetas, que ouvimos os ensinamentos de Cristo, que tivemos a possibilidade de reflectir sobre as coisas futuras, que não estamos ameaçados pela fome, que temos muito mais do que esta mulher, seremos desculpados se não ousarmos tocar nos nossos bens para os dar? Negligenciaremos a nossa própria salvação? [...]
Manifestemos portanto para com os pobres uma grande compaixão, a fim de sermos dignos de possuir para sempre as coisas que hão-de vir, pela graça e pelo amor de Nosso Senhor Jesus Cristo para com a humanidade.
in evangelhoquotidiano.org
Qual será a nossa desculpa se, depois de tais exortações, depois da promessa de tão grandes recompensas, depois da promessa do Reino dos Céus e da sua felicidade, não chegarmos ao mesmo grau de bondade que esta viúva? Uma mulher de Sídon, uma viúva, tendo a seu cargo o cuidado de uma família, ameaçada pela fome e vendo chegar a morte, abre a sua porta para acolher um estranho e dá-lhe a pouca farinha que lhe resta. [...] Mas nós, que fomos instruídos pelos profetas, que ouvimos os ensinamentos de Cristo, que tivemos a possibilidade de reflectir sobre as coisas futuras, que não estamos ameaçados pela fome, que temos muito mais do que esta mulher, seremos desculpados se não ousarmos tocar nos nossos bens para os dar? Negligenciaremos a nossa própria salvação? [...]
Manifestemos portanto para com os pobres uma grande compaixão, a fim de sermos dignos de possuir para sempre as coisas que hão-de vir, pela graça e pelo amor de Nosso Senhor Jesus Cristo para com a humanidade.
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domingo, 3 de março de 2013
No Domingo III do Tempo da Quaresma
A cena de
Moisés e da sarça ardente, que temos na primeira leitura, apresenta-nos o
coração do grande líder judeu. Moisés possuía grande sensibilidade e senso de
justiça. Ele se revoltou com a injustiça praticada em relação a um homem judeu
e deixou vir à tona um grande arroubo em favor do oprimido. Ele demonstrou ser
possuído por grandes paixões.
É de homens assim que Deus quer precisar para agir no mundo. Deus deu missão a Moisés, a Sansão, a Davi, a João Batista, a todos aqueles que se deixaram tomar por uma grande paixão em favor do ser humano. Vejamos nossos santos: Madre Paulina, Santo Antônio Galvão, Beato Anchieta, e tantos outros!
Mas voltemos a Moisés. Em suas orações, percebeu que Deus precisava dele. Deixou-se tocar pelo Senhor no momento em que se revoltou quando viu injustiças. Mais tarde, refletindo sobre esses fatos, percebeu que deveria deixar sua vidinha acomodada de pastorar rebanho, de estar com a família e com os amigos para se colocar a serviço de Deus, a serviço do povo.
Sabia que Deus estaria sempre com ele e jamais o abandonaria, nem a ele e nem aos seus.
Essa vocação para ser libertador, nasceu junto a uma imperfeição grave. Moisés agiu com violência matando o egípcio que oprimia um seu conterrâneo. Mesmo assim, Deus viu nele qualidades de libertador.
Agora, no Evangelho, Jesus vai corrigir essa ação de Moisés, ao não concordar com a indignação do povo em relação a Pilatos. Jesus não concorda nem com a retribuição sanguinária à atitude de Pilatos e nem em atribuir aos galileus mortos alguma culpa.
Jesus não concorda que cultivemos sentimentos de violência contra as pessoas que nos fizeram mal. Ele convida todos a uma mudança, a uma conversão.A parábola da figueira estéril nos convoca a uma paciência e esperança divinas, tolerantes com as fraquezas humanas. Tolerante, mas não conivente ou negligente.
Deus nos quer pessoas apaixonadas, vibrantes, dedicadas à missão até a raiz de nossa existência, contudo ele nos quer cidadãos absolutamente convertidos ao bem.
É de homens assim que Deus quer precisar para agir no mundo. Deus deu missão a Moisés, a Sansão, a Davi, a João Batista, a todos aqueles que se deixaram tomar por uma grande paixão em favor do ser humano. Vejamos nossos santos: Madre Paulina, Santo Antônio Galvão, Beato Anchieta, e tantos outros!
Mas voltemos a Moisés. Em suas orações, percebeu que Deus precisava dele. Deixou-se tocar pelo Senhor no momento em que se revoltou quando viu injustiças. Mais tarde, refletindo sobre esses fatos, percebeu que deveria deixar sua vidinha acomodada de pastorar rebanho, de estar com a família e com os amigos para se colocar a serviço de Deus, a serviço do povo.
Sabia que Deus estaria sempre com ele e jamais o abandonaria, nem a ele e nem aos seus.
Essa vocação para ser libertador, nasceu junto a uma imperfeição grave. Moisés agiu com violência matando o egípcio que oprimia um seu conterrâneo. Mesmo assim, Deus viu nele qualidades de libertador.
Agora, no Evangelho, Jesus vai corrigir essa ação de Moisés, ao não concordar com a indignação do povo em relação a Pilatos. Jesus não concorda nem com a retribuição sanguinária à atitude de Pilatos e nem em atribuir aos galileus mortos alguma culpa.
Jesus não concorda que cultivemos sentimentos de violência contra as pessoas que nos fizeram mal. Ele convida todos a uma mudança, a uma conversão.A parábola da figueira estéril nos convoca a uma paciência e esperança divinas, tolerantes com as fraquezas humanas. Tolerante, mas não conivente ou negligente.
Deus nos quer pessoas apaixonadas, vibrantes, dedicadas à missão até a raiz de nossa existência, contudo ele nos quer cidadãos absolutamente convertidos ao bem.
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A cena de
Moisés e da sarça ardente, que temos na primeira leitura, apresenta-nos o
coração do grande líder judeu. Moisés possuía grande sensibilidade e
senso de justiça. Ele se revoltou com a injustiça praticada em relação a
um homem judeu e deixou vir à tona um grande arroubo em favor do
oprimido. Ele demonstrou ser possuído por grandes paixões.
É de homens assim que Deus quer precisar para agir no mundo. Deus deu missão a Moisés, a Sansão, a Davi, a João Batista, a todos aqueles que se deixaram tomar por uma grande paixão em favor do ser humano. Vejamos nossos santos: Madre Paulina, Santo Antônio Galvão, Beato Anchieta, e tantos outros!
Mas voltemos a Moisés. Em suas orações, percebeu que Deus precisava dele. Deixou-se tocar pelo Senhor no momento em que se revoltou quando viu injustiças. Mais tarde, refletindo sobre esses fatos, percebeu que deveria deixar sua vidinha acomodada de pastorar rebanho, de estar com a família e com os amigos para se colocar a serviço de Deus, a serviço do povo.
Sabia que Deus estaria sempre com ele e jamais o abandonaria, nem a ele e nem aos seus.
Essa vocação para ser libertador, nasceu junto a uma imperfeição grave. Moisés agiu com violência matando o egípcio que oprimia um seu conterrâneo. Mesmo assim, Deus viu nele qualidades de libertador.
Agora, no Evangelho, Jesus vai corrigir essa ação de Moisés, ao não concordar com a indignação do povo em relação a Pilatos. Jesus não concorda nem com a retribuição sanguinária à atitude de Pilatos e nem em atribuir aos galileus mortos alguma culpa.
Jesus não concorda que cultivemos sentimentos de violência contra as pessoas que nos fizeram mal. Ele convida todos a uma mudança, a uma conversão.A parábola da figueira estéril nos convoca a uma paciência e esperança divinas, tolerantes com as fraquezas humanas. Tolerante, mas não conivente ou negligente.
Deus nos quer pessoas apaixonadas, vibrantes, dedicadas à missão até a raiz de nossa existência, contudo ele nos quer cidadãos absolutamente convertidos ao bem. - See more at: http://www.news.va/pt/news/reflexao-para-o-iii-domingo-da-quaresma#sthash.N4jZPau8.dpuf
É de homens assim que Deus quer precisar para agir no mundo. Deus deu missão a Moisés, a Sansão, a Davi, a João Batista, a todos aqueles que se deixaram tomar por uma grande paixão em favor do ser humano. Vejamos nossos santos: Madre Paulina, Santo Antônio Galvão, Beato Anchieta, e tantos outros!
Mas voltemos a Moisés. Em suas orações, percebeu que Deus precisava dele. Deixou-se tocar pelo Senhor no momento em que se revoltou quando viu injustiças. Mais tarde, refletindo sobre esses fatos, percebeu que deveria deixar sua vidinha acomodada de pastorar rebanho, de estar com a família e com os amigos para se colocar a serviço de Deus, a serviço do povo.
Sabia que Deus estaria sempre com ele e jamais o abandonaria, nem a ele e nem aos seus.
Essa vocação para ser libertador, nasceu junto a uma imperfeição grave. Moisés agiu com violência matando o egípcio que oprimia um seu conterrâneo. Mesmo assim, Deus viu nele qualidades de libertador.
Agora, no Evangelho, Jesus vai corrigir essa ação de Moisés, ao não concordar com a indignação do povo em relação a Pilatos. Jesus não concorda nem com a retribuição sanguinária à atitude de Pilatos e nem em atribuir aos galileus mortos alguma culpa.
Jesus não concorda que cultivemos sentimentos de violência contra as pessoas que nos fizeram mal. Ele convida todos a uma mudança, a uma conversão.A parábola da figueira estéril nos convoca a uma paciência e esperança divinas, tolerantes com as fraquezas humanas. Tolerante, mas não conivente ou negligente.
Deus nos quer pessoas apaixonadas, vibrantes, dedicadas à missão até a raiz de nossa existência, contudo ele nos quer cidadãos absolutamente convertidos ao bem. - See more at: http://www.news.va/pt/news/reflexao-para-o-iii-domingo-da-quaresma#sthash.N4jZPau8.dpuf
sábado, 2 de março de 2013
De Bento XVI, papa
A verdadeira novidade do Novo Testamento não reside em novas ideias, mas
na própria figura de Cristo, que dá carne e sangue aos conceitos — um
incrível realismo. Já no Antigo Testamento a novidade bíblica não
consistia simplesmente em noções abstractas, mas na acção imprevisível
e, de certa forma, inaudita de Deus. Esta acção de Deus ganha agora a
sua forma dramática devido ao facto de que, em Jesus Cristo, o próprio
Deus vai atrás da «ovelha perdida» (Lc 15,1ss.), a humanidade sofredora e
transviada. Quando Jesus fala, nas Suas parábolas, do pastor que vai
atrás da ovelha perdida, da mulher que procura a dracma, do pai que sai
ao encontro do filho pródigo e o abraça, não se trata apenas de
palavras, mas de uma explicação do Seu próprio ser e agir. Na Sua morte
de cruz, cumpre-se aquele virar-Se de Deus contra Si próprio, com o qual
Ele Se entrega para levantar o homem e salvá-lo — o amor na sua forma
mais radical. O olhar fixo no lado trespassado de Cristo de que fala
João (cf 19,37) compreende o que serviu de ponto de partida a esta Carta
Encíclica: «Deus é amor» (1 Jo 4,8). É aí que esta verdade pode ser
contemplada. E, partindo daí, pretende-se agora definir em que consiste o
amor. A partir daquele olhar, o cristão encontra o caminho do seu viver
e do seu amar.
Jesus deu a este acto de oferta uma presença duradoura através da instituição da Eucaristia durante a Última Ceia. Antecipa a Sua morte e ressurreição entregando-Se já a Si mesmo naquela hora aos Seus discípulos, no pão e no vinho, Seu corpo e sangue [...]. A Eucaristia arrasta-nos no acto oblativo de Jesus. [...] A «mística» do Sacramento, que se funda no abaixamento de Deus até nós, é de um alcance muito diverso e conduz muito mais alto do que qualquer mística elevação do homem poderia realizar.
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sexta-feira, 1 de março de 2013
De Santo Ireneu de Lyon, bispo
Ao modelar Adão com o pó da terra (Gn 2,7) e ao eleger patriarcas, Deus
plantou a vinha do género humano. Depois confiou-a a vinhateiros pelo
dom da Lei transmitida por Moisés. Cercou essa vinha com uma sebe, isto
é, circunscreveu a terra que eles teriam de cultivar; construiu uma
torre, ou seja, escolheu Jerusalém; montou um lagar, ou seja, preparou
os que iam receber o Espírito profético. E enviou-lhes profetas, antes
do exílio de Babilónia; e, após o exílio, outros ainda em maior número,
para reclamarem os frutos e para lhes dizerem [...]: «Endireitai os
vossos caminhos e emendai as vossas obras» (Jr 7,3); praticai uma
verdadeira justiça e excedei-vos em bondade e compaixão, cada um para
com seu irmão. Não oprimais a viúva e o órfão, o estrangeiro e o pobre, e
não formeis nos vossos corações maus desígnios uns para com os outros»
(Zac 7,9-10) [...]; «lavai-vos, purificai-vos, tirai da frente dos Meus
olhos a malícia das vossas acções; [...] aprendei a fazer o bem;
procurai o que é justo, socorrei os oprimidos» (Is 1,16-17). [...]
Tais eram as prédicas por que os profetas reclamavam o fruto da justiça. Mas como as multidões continuassem incrédulas, enviou-lhes finalmente o Seu Filho, nosso Senhor Jesus Cristo, a Quem os perversos vinhateiros mataram e lançaram para fora da vinha. Razão por que Deus a confiou – não a circunscrevendo já, antes a abrindo ao mundo inteiro – a outros vinhateiros para que estes Lhe entregassem o fruto na altura devida. A torre da eleição eleva-se por toda a Terra no seu esplendor, porque por toda a Terra a Igreja resplandece; por toda a Terra surge também erecto o lagar, porque por toda a Terra estão aqueles que recebem o Espírito de Deus. [...]
Por isso dizia o Senhor aos Seus discípulos, para fazer de nós bons obreiros: «Que os vossos corações não se tornem pesados com a devassidão, a embriaguez e as preocupações da vida [...]; velai, pois, orando continuamente» (Lc 21,34.36). [...] «Estejam apertados os vossos cintos e acesas as vossas lâmpadas. Sede semelhantes aos homens que esperam o seu senhor» (Lc 12,34-36).
Tais eram as prédicas por que os profetas reclamavam o fruto da justiça. Mas como as multidões continuassem incrédulas, enviou-lhes finalmente o Seu Filho, nosso Senhor Jesus Cristo, a Quem os perversos vinhateiros mataram e lançaram para fora da vinha. Razão por que Deus a confiou – não a circunscrevendo já, antes a abrindo ao mundo inteiro – a outros vinhateiros para que estes Lhe entregassem o fruto na altura devida. A torre da eleição eleva-se por toda a Terra no seu esplendor, porque por toda a Terra a Igreja resplandece; por toda a Terra surge também erecto o lagar, porque por toda a Terra estão aqueles que recebem o Espírito de Deus. [...]
Por isso dizia o Senhor aos Seus discípulos, para fazer de nós bons obreiros: «Que os vossos corações não se tornem pesados com a devassidão, a embriaguez e as preocupações da vida [...]; velai, pois, orando continuamente» (Lc 21,34.36). [...] «Estejam apertados os vossos cintos e acesas as vossas lâmpadas. Sede semelhantes aos homens que esperam o seu senhor» (Lc 12,34-36).
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